A finales de 1912, la firma Abadal era un referente en materia de automoción; dominaba a la perfección las técnicas del carrozado de vehículos; disponía de varios locales donde se construían las carrozas de los vehículos y se montaban los coches; y el principal propietario de la firma, Paco Abadal, tenía un suegro acaudalado y bien introducido en la alta sociedad catalana.
Con todos ésos ingredientes, los responsables de la firma no tardaron más que unos meses en ver materializado su sueño de construir el mejor automóvil de la época, que sería producido bajo la marca Abadal y Cª.
Para llevar a cabo su proyecto, los responsables de la factoría propusieron a los de la firma belga Springuel & Imperia, a la que venían representando desde hacía años en España, un acuerdo para que ésta se hiciese cargo de la construcción de los chasis y motores de los nuevos vehículos, según diseño, especificaciones e indicaciones de la firma española.
La empresa belga no se hizo rogar y muy rápidamente, a primeros de 1912 se firmó el correspondiente contrato, lo que provocó la rescisión de la concesión que la Casa Abadal tenía con la Hispano-Suiza.
De ésta manera, en Marzo de 1913 el primer Abadal y Cª hace acto de presencia por los boulevares de Paris, llamando la atención de todos los aficionados al motor, como se recoge en los periódicos de la época.
Springuel & Imperia fabricaba los chasis y motores, que se transportaban a Barcelona por tren desde Bélgica y que eran carrozados con materiales, accesorios y componentes patentados por la Casa Abadal, en los talleres de la Plaza Letamendi de la firma.
En Octubre del 1913 se hace la presentación oficial de la marca Abadal y Cª en el Salón de París con un modelo denominado Tipo 45, inspirado en el modelo deportivo Alfonso XIII de la Hispano-Suiza, pero construido con materiales de mejor calidad y con superiores prestaciones, que disponía de un motor de 4 cilindros de 80 x 180 y de un cubicaje de 3.619 cc, así como de distribución en T y doble árbol de levas lateral.
Poco después, se presentaría otro modelo, el Tipo 15/30, con la cilindrada rebajada a 3.016 cc., al recortar la carrera hasta los 150 mm.
Se llegaron a anunciar nuevos modelos, especialmente un espectacular modelo de 60 HP, pero no pasaron de la fase de prototipo.
En Junio de 1914 estalla la Primera Guerra Mundial, Bélgica y sus fábricas son ocupadas y el suministro de motores y chasis para los Abadal y Cª es interrumpido.
Para paliar el problema, los responsables de Imperia trasladaron todos los materiales en stok a Barcelona e intentaron montar una unidad de fabricación de los chasis y motores en los talleres de la plaza Letamendi, pero los hechos se precipitaron y el proyecto tuvo que ser abandonado, de manera que en dichos talleres se trabajó sobre los Abadal y Cª hasta que se carrozaron todos los chasis en existencia, cesando a partir de dicho momento la producción de la marca Abadal, sobre finales de 1914.
Según los datos de la época, se llegaron a fabricar en torno a los 300 ejemplares de la marca Abadal y Cª, que fueron vendidos en España, Francia, Portugal, Rusia y Sudamérica.
Existe constancia de que al menos han sobrevivido a nuestros días dos ejemplares de estos primeros Abadal, uno de un coleccionista particular en Catalunya y otro que se encuentra en el Museo de Caramulo, en Portugal.
Tras la Primera Guerra Mundial, en 1918, M. A. Van Roggen (que había trabajado en Springuel) tomó el control de la compañía belga Imperia y estableció un acuerdo con la firma Abadal, para fabricar de nuevo los Abadal y Cª en la factoria de Nessonveaux, bajo licencia de la firma Abadal y con la denominación de Imperia-Abadal, que comenzaron a producirse a finales de 1920.
Además de las antíguas versiones, Imperia fabricó otros modelos de vehículos bajo la marca Imperia-Abadal, como un modelo deportivo de 4 ciclindros, 16 válvulas y 2992 cc, asi como unos prototipos de 5630 cc.
Un ejemplar de ésta cilindrada se haría famoso por su participación en el Primer “Grand Prix de Spa-Francorchamps “, pero los beneficios de sus buenos resultados no se dejaron notar a nivel comercial ya que la cartera de pedidos fue muy escasa.
En 1923 la clientela del gran lujo le estaba dando la espalda a las marcas secundarias, debido a la intensa competencia de las grandes marcas lo que provocó que Imperia decidiera abandonar su alianza con Abadal, ya que le resultaba demasiado pesada a nivel financiero y, a partir de entonces, se consagró a la producción en Bélgica de modelos bajo otra marca, más modestos pero más rentables económicamente.
Se estima que llegaron a producirse un total de 170 automóviles bajo la marca belga Imperia-Abadal. Lamentablemente, a diferencia de los Abadal y Cª, no existe constancia de la existencia de ningún Imperia-Abadal.