Con los ahorros de los premios ganados en el ciclismo, en 1902 Paco Abadal inició una aventura empresarial que sería conocida como la Firma o la Casa Abadal, sin perjuicio de que la razón social sería primero la de Auto-Garage Central, después F.S. Abadal y Cª y finalmente Abadal y Cª, S.L.
A primeros de 1902 adquiere un local en la Calle Consejo de Ciento, al que denomina Auto-Garage Central, dedicado a la custodia, reparación, mantenimiento y venta de bicicletas, motocicletas y automóviles.
Si bien la firma representaba a todo tipo de marcas de vehículos rodados, entre las primeras concesiones destacó, sin lugar a dudas, la de la Hispano Suiza, a cuyo consejo de administración perteneció Paco Abadal.
A finales de 1904, con un modelo T20, Abadal hizo debutar a la Hispano-Suiza en el mundo de la competición, consiguiendo batir el récord en la subida a la Rabassada, efectuando el recorrido de 6,5 Km. en un tiempo de 8 minutos y 25 segundos, a una velocidad mediana de casi 50 Km/h, con una velocidad punta de 87 Hm/h.
Los Hispano Suiza de esta época realizaron hazañas dignas de mención como el viaje de Abadal Barcelona-París, o los 5.600 kilómetros que recorrió el ingeniero de la marca, Birkigt en un viaje a Suiza.
El rey de España, Alfonso XIII, era un gran aficionado al automóvil y, gracias a Paco Abadal, que le presentó un ejemplar de 20 CV en 1905, del que quedó sorprendido por su resistencia y fiabilidad, pronto fue un incondicional de la marca.
Algo más tarde, en mayo de 1906, Abadal organizó y encabezó una caravana de automóviles que desde Barelona acudió a Madrid a rendir homenaje a Alfonso XIII, ante su inminente boda.
Para darle más fuerza a la firma, en 1906 Paco Abadal se asoció con el empresario Pedro Homet, con quien constituyó la razón F.S. Abadal y Cª, que trasladó la sede a la Calle Aragón de Barcelona.
También en 1906, la firma Abadal abrió una escuela para conductores, probablemente la primera autoescuela de Barcelona. Asimismo, en dicha fecha obtiene, entre otras, la concesión de Michelín y la de la empresa belga Imperia.
Como el negocio marchaba bien, en 1907 la firma amplió sus instalaciones con un local en el número 17 de la plaza Letamendi, que adquirió al pionero catalán del cinema y primo hermano de Paco, Baltasar Abadal, quien lo utilizaba como estudio y como sala de proyección.
Poco a poco, la firma fue creciendo y acabó convirtiéndose en un local de referencia para los deportes sobre ruedas.
Con el tiempo, la firma abordó otras facetas, como el carrozado de vehículos; la fabricación de automóviles ( primero los Abadal y Cª a primeros de 1913, después los Abadal-Buick a finales de 1916 y finalmente los Abadal-Huppmobile en 1930); y otros proyectos industriales, como un ciclocar y un motor de aviación.
En 1915 se disolvió la sociedad F.S. Abadal y Cía y se creó la nueva Abadal y Cª.